SOLEDAD, ES ELOGIADA EN TODOS LOS FESTIVALES
Soledad Pastorutti le sacó el frío de una desapacible noche a miles de personas que concurrieron a la quinta jornada del Festival Nacional de Jineteada y Folklore de Diamante en la que el entrerriano Rafael Duro, oriundo de Las Tunas, y el cordobés Hector Pedernera, obtuvieron el título de campeones nacionales en las categorías crines y basto con encimera.
Pasadas las tres de la madrugada y evidentemente irritada por la espera, comenzó su show Soledad Pastorutti. Ella misma reconoció luego que estaba “como leona enjaulada” esperando el horario de actuación. Pero quienes conocen a Soledad, saben que una vez en el escenario se transforma en una fuerza arrolladora capaz de hacer mover hasta los cimientos de un estadio como ocurrió anoche con una multitud a la que hizo cantar, bailar y revolear el poncho hasta el punto del delirio de sus fans que la acompañan en todos sus recitales. Pocas veces se ha visto en Diamante un público, sin distinción de edades, en el estado de euforia en que la santafesina lo puso anoche. Su ritmo es arrollador con una energía que contagia y sólo impuso una pausa cuando con su hermana Natalia hicieron un mix de zambas. “Agitando pañuelos”, “Cuando llegue el alba” y “perfume de carnaval”, no sólo marcaron un descanso en el recital de ritmo desenfrenado, sino que a muchos nos hizo imaginar cómo será Soledad en un escenario cuando ella y sus músicos no vayan “al palo”. Pero eso es lo que le ha dado los resultados que están a la vista y lo demás es pura fantasía de quienes proyectamos su vigencia por muchos años. Las zambas con Natalia fueron bellísimas entregas que además reafirman el verdadero sentido de “la hermana de Sole” en sus recitales. Como en la vida cotidiana de ambas, en el escenario, también es Natalia quien “contiene” a la ecléctica artista.Uno de los momentos emotivos de su actuación lo impuso la presencia del Coro de lenguaje de señas “Mensajes al viento”, al que Soledad invitó al escenario.Desde que comenzó su show, la guitarra de “laucha” Calcaterra dio el pie para un ritmo bien arriba. “La vieja”, incluida en su último disco, “Puerto Tirol”, “La litoreña”, “Punta Cayastá”, Trasnochados espineles” y “Del tiempo de mi niñez”, fueron casi enganchadas y sin pausa. Como si todavía la altura deseada no se hubiera alcanzado, hizo un mix de chacareras y comenzó el descenso con sus clásicos vals hasta llegar a “Lejos de ti” y “El Bahiano”. Sobre el cierre, levantó el poncho y anunció su final con “A Don Ata”. Como ocurre siempre, no pudo concluir sin una “yapa” y solo pudo partir con “El tren del cielo”.