SOLEDAD PASTORUTTI , LA SOLE, 15 AÑOS JUNTOS .
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martes, octubre 03, 2006
Un buen Momneto para el Recuerdo (Parte II)
Clarin 1998
244 MIL PERSONAS CONCURRIERON A LAS DIEZ JORNADAS DEL FESTIVAL QUE TERMINO EL DOMINGO
El Jesús María más masivo de la décadaCon 44 mil espectadores, la noche de Soledad fue la que más público convocó en la historia del festival. Los Nocheros fueron los encargados del cierre de un encuentro que confirmó el vigor de la movida joven.
Jesús María se despidió con bombos y platillos de una edición que le sonrió de oreja a oreja a sus cálculos más aventurados: más de 244 mil personas pagaron sus entradas a lo largo de las diez noches de doma y folclore, en el festival de mayor convocatoria de la década.Como si esto fuera poco, ni siquiera llovió. Con la suerte como aliada, hasta El Niño pareció domado por el mejor de los jinetes.Quedó así para la historia del festival la sofocante y multitudinaria noche de Soledad -la de mayor asistencia en los 33 años de Jesús María-, cuando más de 44 mil personas se apretujaron en cada centímetro de las tribunas, y hasta dentro del campo de la doma, para revolear el poncho junto a la taquillera cantante de Arequito.O el bálsamo que supuso, después del vendaval juvenil, el espectáculo y la voz de Jairo, quien se subió al escenario dispuesto a matar o morir con sus armas cargadas de calidad, entrega y talento.Y la llegada al público del Chaqueño Palavecino, a quien Guarany ungió como su sucesor sobre los escenarios, desafiando las voces populares que señalan a la Sole como la verdadera sucesora.Los demás, incluyendo a Los Nocheros, que se robaron antenoche el cierre con su repertorio de folk-romántico, no depararon grandes sorpresas.En la velada de despedida -en la que también actuaron los legendarios Tucu-Tucu y los correntinos de Amboé, con sus chacareras bailanteras- Los Nocheros hicieron esperar a más de 24 mil personas. Su actuación, que estaba prevista para el cierre televisivo del festival, comenzó a las dos y media de la mañana. Acompañados por el habitual coro de chicas aulladoras, los muchachos repasaron sus hits: Angélica, La mora blanca, la mora negra, por supuesto, A don Ata, entre las 16 canciones que desgranaron hasta casi las cuatro de la mañana del lunes.Claro que el cierre también deparó la entrega de premios a los ganadores en la doma que fue, sin dudas, la gran rival de una programación musical despareja. Jorge Raúl Ariztegui, de Tandil -considerado casi un centauro entre sus compañeros, ya que con el del domingo ganó su noveno campeonato nacional-; el cordobés Arnaldo Calderón y el capitalino Osmar Osvaldo Rosas se fueron a casa con los laureles en las categorías crina limpia, gurupa surera y bastos con encimera, respectivamente.Por lo demás, este Jesús María, a la luz del éxito que pudieron embolsar tanto en recaudaciones -las cuales van a las cooperadoras de 20 colegios de la zona-, como en convocatoria, ya está pensando en mejorar la puntería musical -su lado más flaco- para el próximo año.A la hora de las conclusiones, al menos una resulta evidente: que los festivales reverdecieron a la luz de la movida que provocó la avanzada de los jóvenes sobre el folclore. El espectáculo que más entusiasma a la gente es precisamente ése: el de los chicos tomando por asalto a la música nativa. Esa parece ser la receta de los aplausos más sonoros.Y esto recién comienza. El show continuará, aunque sin caballos, dentro de cuatro días cuando Cosquín abra su telón a la inédita movida de este verano.
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