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miércoles, octubre 04, 2006

Un Buen Momento Para el Recuerdo! (Parte IV)

¡¡ IM - PA - RA - BLE !!

Gracias a ella, miles de jóvenes escuchan folklore. Su primer CD vendio casi
medio millón de unidades. La llamó Adrián Suar y hasta le ofrecieron hacer cine.
¿Quién frena a esta chica?


A los dieciocho años, Omar Pastorutti le
obsequió a su novia Gricelda un poncho sureño que haría historia. Con el correr
del tiempo, ese regalo, que sellaba a fuego un amor eterno, se convertiría en
una de las armas de seducción de La Sole, la hija prodigio de la pareja.
Para Soledad (17), esa misma manta es hoy un verdadero amuleto. Todo un
símbolo del fenómeno arrasador que logró ubicar a la música telúrica entre la
preferida por los jóvenes. Un verdadero huracán que descoloca y genera una
lógica cuota de envidia en los folkloristas tradicionales
; provoca delirio en el
público; y les abre la puerta a los nuevos y numerosos artistas del interior que
intentan darle la necesaria ración de oxígeno a un género que lo pide a gritos.
Si alguien decidiera redactar una reseña con los hechos salientes de la
última década en la vida cultural de nuestro país, un capítulo especial de la
misma estaria dedicado a este adolescente nacida un 12 de octubre en el
santafesino pueblo de Arequito.
No es para menos. Bastan unos pocos pero
contundentes datos para dar cuenta y entender la magnitud de la Solemanía: en
sólo 12 meses, su primer compacto, Poncho al Viento, vendió 450.000 placas (con
esa cifra logró acumular siete discos de platino y se convirtió en la cantante
folklórica de mayor venta de todos los tiempos); cada siete días, las disquerías
deben reponer las más de 7.000 copias que sus fans consumen casi en forma
irracional; su primer arribo a Buenos Aires fue aplaudido por 34.000 personas
que colmaronlas diez funciones en el Gran Rex durante el pasado mes de octubre;
y más de 300 representaciones ocuparon sus horas en lo que va del ’97. Como si
esto no fuera suficiente, su agenda ya está armada hasta mediados de abril
gracias a los veinte pedidos de contrataciones diarios que llegan desde los
productores del interior
.
Es lógico: ¡Nadie quiere permanecer ajeno a la movida!
La joven cantante provocó en poco tiempo lo que muchos no logran en toda su
carrera. Y esto va más allá de las cifras. Sole genera verdadera devoción en la
gente.
Su paso por las ciudades de todo el país da pie a un revuelo digno de una
estrella de rock. “Las mamás me piden que les bese las patitas a sus bebés o les
toque alguna cadenita”, confiesa, todavía asombrada. Es que ni ella misma aún
pudo acomodarse a un éxito que llegó más rápido de lo esperado y dio origen a
situaciones impensadas.
Una actuación suya es aplaudida por no menos de
3.500 almas
. La última, realizada en La Plata con motivo de su 115º aniversario,
convocó a casi 100.000
. Un grupo de guardaespaldas la protege de esos
multitudinarios amores que matan. De hecho, una verdadera caravana de fanáticos
la siguió hasta la capital de la provincia de Buenos Aires. Tele Clic fue
testigo de lujo de semejante demostración de afecto, ya que acompañó a Sole a lo
largo de los sesenta kilómetros de viaje. Besos, pasacalles, fotos, todo sirve
para inmortalizar el momento y homenajear a la ciudadana más famosa de Arequito.
Porque para muchos, es algo más que la chica que canta. No son poco los que ya
convirtieron en una especie de mito viviente al que endiosan desde las
irracionales pasiones del sentir popular. “Aún me asombro cuando algunas
personas me ven en el escenario y se ponen a llorar. Es raro pensar que esa
gente busca en mí algo más que un tema musical”.
Para trasladarse por los
distintos escenarios de la extensa geografía nacional, una cómoda combi
piloteada desde el volante por papá Omar. Mamá Gricelda, los músicos y su
inseparable hermana Natalia (que la acompaña en algunos temas) hacen más
placenteros los interminables kilómetros por las rutas argentinas “escuchando
los demos que nos acercan y consumiendo lo nuevo que se vende en los fast food
de las estaciones de servicio. ¡Ya probamos todo!”
Sus recitales provocan un
verdadero terremoto y se convirtieron en toda una bisagra para la música nativa.
Luces de última generación, un sonido impecable y efectos especiales impensados
para un concierto en el que se alternan chacareras, zambas y chamamés, llamaron
la atención de una generación habituada a escuchar música en inglés. “La Sole es
lo más, cuando venís a verla bailás durante dos horas y te olvidás de los
problemas”, explica Máximo, un pibe rosarino que la sigue desde la primera hora.
Como él, miles de adolescentes ya saben de memoria las letras de Salteñita de
los valles, A mi Corrientes porá o Puerto Tirol. Algo realmente inimaginable dos
años atrás.
“Reconozco que soy un referente. Los chicos ahora escuchan
folklore porque descubrieron gente que se viste como ellos y les demuestra que
una zamba también puede ser divertida. La gente joven se identifica conmigo
porque les hablo de igual a igual, no me pinto, me gustan los jeans, boleros de
Luis Miguel y pienso como una piba de mi edad.”
En la vida todo tiene su
precio, afirma una máxima popular. Soledad Pastorutti puede dar fe de esto. A la
edad en que muchas chicas sólo piensan en conseguir novio o ir a bailar el
sábado a la noche, ella sabe lo que significa el sacrificio, las horas robadas
al sueño y el tener que cumplir con horarios incómodos. “Tuve que abandonar el
colegio en abril porque no me daban los tiempos. Dejé en cuarto año pero pienso
retomar en forma libre o con una profesora particular. La verdad es que extraño
muchísimo a mis compañeras de aula... pero todo no se puede.” Aunque reconoce
que estas oportunidades se presentan una vez en la vida y no es lógico
desaprovecharlas.
Pero no todo es trabajo. Cuando los escenarios le dan un
breve respiro, disfruta de la paz pueblerina de sus pagos. “Me gusta estar en
casa, ver videos y ¡dormiiiir! Ya no me divierte ir a un boliche y tener que
hablar a los gritos. No salgo muy seguido. La última vez que lo hice, les
pregunté a mis amigas qué ropa debía usar.” Además, dedica buena parte de su
tiempo a contestar las casi 4.000 cartas que le mandan sus seguidores

La
Voz Del Millón

Su esfuerzo se ve recompensado porque, como toda moneda,
la suya también tiene dos caras. Los Pastorutti muy bien qué se siente cuando el
sueldo no alcanza para satisfacer las necesidades de los treinta días del mes.
“Siempre fui consciente de lo que significaba la falta de dinero. Por eso, ahora
que nos va mejor, trato de pensar en el futuro.” El cachet es administrado por
su padre, quien trata de invertir el efectivo de la forma más conveniente. “Nos
compramos unos campitos, arreglaremos nuestra casa de Arequito, vamos a buscar
un lugar para ensayar, un autito y basta... ¡No necesitamos más!”, dice esta
libriana nacida en pleno mediodía de, vaya paradoja, un día de la raza.
Algunos chimenteros indiscretos sugirieron que su cuenta bancaria ya habría
superado el millón de dólares. Una fuente conocedora del negocio discográfico
explicó a Tele Clic que la cantante ganaría un peso por cada copia de Poncho al
Viento vendida. Con lo cual, esta cifra llegaría muy pronto al medio millón.

Si se tiene en cuenta la cantidad de presentaciones que realizó en el último
año, la cifra millonaria no suena descabellada. Y esto sin tener en cuenta el
nuevo contrato por el que sigue vinculada a Sony Music, ni el ofrecimiento que
le hicieron, tras su paso por el Festival de Cine de Mar del Plata, para
protagonizar una película.
“Mi representante sabe bien de qué se trata. Yo
me entero cuando está todo arreglado. La verdad es que me divertiría bastante
poder filmar.” Sin embargo, tuvo que rechazar la propuesta de Adrián Suar para
protagonizar una comedia en tevé: “No puedo grabar cuatro días por semana. Con
tantos viajes, es imposible permanecer más de doce horas en un mismo lugar”,
explica.


Igual Pero Diferente
A pesar de los acelerados cambios
que transformaron su vida, La Sole de Arequito es la misma de siempre. Humilde,
caradura, simpática. “No quiero que la profesión me altere. Pretendo seguir en
mi pueblo junto a la gente que me quiere bien.”
Hasta tal punto llega su
sobriedad, que no se anima a usar anteojos de sol “por temor a que piensen que
ya me agrandé”. Así es ella. La misma que en su infancia divertía a la familia
con sus canciones en la sobremesa dominguera. Sin novio a la vista “porque
todavía no es el momento”, apuesta a seguir en el mundo que más le gusta, el de
la música. “Tengo tiempo para encontrar al chico romántico con el que sueño.”
A los ocho años decidió estudiar guitarra. Fue a esa edad cuando debutó en
un escenario con El duende del bandoneón, una vieja zamba aprendida en sus
clases. De ahí en más vendría un largo periplo por festivales de pueblo. Giras
en el viejo Falcon y muchas ganas de trascender. Podría haber optado por los
temas melódicos o los acordes del rock. Sin embargo, fue el folklore el que
golpeó su corazón. “Elegí esta música porque refleja lo que pasa en mis pagos.
Lo que siente la gente que me rodea.”

El resto de la historia es más o
menos conocida. En el ´95 concurrió a la peña de Cesar Isella en Cosquín. El
músico, asombrado por su carisma, decidió apadrinarla. En el ´96, subió por
primera vez al escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina. En
enero de este año, finalmente, llegó la frutilla del postre: resultó premiada
como la Consagración del festival folklórico más importante del país. El
¡Aquíiii Cosquíiiiin! Ya es suyo. Y aunque hoy las cuentas cierren y el futuro
sea más que promisorio, todavía se acuerda de los 200 pesos con los que le
pagaron la primera vez: “Fue en la Fiesta de la Flor de Escobar, el 4 de
Noviembre de 1995. ¡Cómo me voy a olvidar!”.
A pesar de las críticas de los
que consideran que su arte sólo se basa en un revoleo de ponchos, ella sigue
apostando a la música con la que la acunaron allá en el sur de Santa Fe. Esa
misma que hoy es tarareada por una verdadera multitud de jóvenes seguidores.
La Sole de Arequito sigue firme en su derrotero. Con alma, corazón y vida,
como marca uno de sus clásicos, y siempre atenta a las enseñanzas imborrables
que le dejo Don Ata. Un desafío nada mezquino. Soledad ya llegó. Instaló el
fenómeno. Ahora debe mantenerse. Y demostrar que esa vieja manta, a través de la
cual sus padres se juraron amor eterno, cobija el talento enorme de una artista
que no se hizo a los ponchazos.


Revista Tele - Clic
Martes 25 de
Noviembre de 1997

( http://solesdearequito.tripod.com)

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