La noche de los homenajes
Con tributos a Horacio Guarany, Fontanarrosa, Mercedes Sosa y otros, cerró la fiesta folclórica. Brilló Soledad.
Con tributos a Horacio Guarany, Fontanarrosa, Mercedes Sosa y otros, cerró la fiesta folclórica. Brilló Soledad.
La novena luna del 48º Festival Nacional de Folclore fue un continuo homenaje a figuras como el "Negro" Roberto Fontanarrosa, Horacio Guarany, Mercedes Sosa y Los Abalos.
Con la plaza Próspero Molina ocupada en un 90%, los organizadores del cierre del festival no se privaron de nada. A las diez y media de la noche, apareció en las pantallas gigantes la imagen del "Negro" Fontanarrosa, acompañado de esos dos personajes camperos y folclóricos por excelencia: Don Inodoro Pereyra y su fiel Mendieta.
La maratón de emociones se extendería hasta las seis con los chilenos Illapu. El Negro Alvarez, reconocido en todo el país por su típico humor cordobés, volvió a su primer amor, y junto a Los Cuatro de Córdoba, presentó Córdoba cuando canta, cuenta y baila. Alvarez emocionó con un poema del cordobés Daniel Salzano y cantó Cordobés guitarrero y cantor. Como la última noche de Cosquín fue un homenaje del principio al fin, el Negro recordó a la mítica revista Hortensia y a sus próceres locales como el Sapo Cativa, el gringo Cognigni, el Pelao Alonso y el Gordo Oviedo.
También le hizo un guiño al cuarteto, ese folclore urbano de Córdoba que todos los fines de semana mueve multitudes. Los integrantes del Ballet Camín subieron al escenario de jean y zapatillas y bailaron tres himnos: Quién se ha tomado todo el vino, 25 Rosas y Soy cordobés.
Mariel Trimaglio fue el descanso perfecto hasta la llegada de "ese potro viejo que vuelve a Cosquín", como fue presentado Horacio Guarany. Llanto de la vidala fue el inicio de cuarenta minutos de show que hicieron vibrar y cantar a la Próspero Molina. En medio de Caballo que no galopa, y cuando el público coreaba el estribillo, Guarany se despachó con.... "Ahhh, yo creí que se habían olvidado" y la plaza le respondió con un estruendoso "Nooooo". Muy emocionado, uno de los cantores mayores de Argentina le habló a la gente: "Gracias a los amigos por la ocurrencia del homenaje, pero qué mejor homenaje que éste, que canten las canciones que cantábamos antes. Gracias, gracias, gracias. Cuesta tanto decir adiós"; y sus músicos arrancaron con Canción del adiós.
Los Cuatro de Córdoba lo acompañaron con Zamba del Chúcaro; con Alberto Oviedo hicieron Cuando ya nadie me nombre; Piel morena con los salteños de Canto Cuatro hizo saltar a la plaza. Soledad Pastorutti subió al escenario Atahualpa Yupanqui y, abrazada a Guarany, cantó Nada tengo de ti, con todo Cosquín haciendo los coros. El cierre del homenaje también fue vibrante con Volver en vino, Por las costas entrerrianas y Si se calla el cantor junto a Cuatro de Córdoba, Alberto Oviedo y Canto Cuatro. Los Alonsitos trajeron sus chamamés y alegría litoraleña con A mi Corrientes porá, Puerto Tirol, Otro cariño y Un chamamé y un carnaval. Mariel Trimaglio y Paco Garrido, acompañado del actor Pablo Alarcón, también dijeron presente en Cosquín.
Poco antes de las 3, Soledad arrancó con una hora exacta de show, que incluyó un bis a pedido del público, cuando ya había sido anunciada su partida. La fiesta y Para mi pueblo argentino fue el comienzo de este romance que el tifón de Arequito aún mantiene con la plaza que la vio nacer como artista. "Gracias por quererme así, inquieta, feroz, atrevida. Gracias por aceptar mi adolescencia y esperar mi madurez", rezó La Sole y arrancó con La vieja.
Ya había cantado con Guarany y en pocos segundos más llegaría Mercedes Sosa. "Noche soñada para cualquier chico que ama a su país y su gente", reflexionó Soledad cuando a las 3 pidió: "Que la plaza aplauda de pie a la señora Mercedes Sosa". Canción del jangadero de Falú y Dávalos y el pegadizo Déjame que me vaya fueron dos postales para el recuerdo que hicieron la santafesina y la tucumana. Punta Cayasta, Jornalero, Lejos de ti y Entre a mi pago sin golpear -coreada por unas 10 mil almas en la Próspero Molina- fueron el preámbulo del encuentro de Soledad con "una persona que quiero, admiro y aprecio mucho, Natalia María Pastorutti". Es que La Nati inició hace poco su carrera solista como cantante pop.
Las hermanas más famosas de Arequito cantaron Mi sueño mejor y el hit A Don Ata, con poncho al viento incluido. La despedida fue con un convoyado de huaynos. Cuando los locutores ya dieron por ida a Soledad, ella volvió y dijo "al público nunca se le dice que no", y "con dos violas y un bombo, como si volviésemos a empezar" cantó Zamba del Chúcaro.
Luego llegaron Pocho Sosa, un homenaje a Víctor "Vitillo" Abalos -bombisto de ese conjunto señero que fue Los Hermanos Abalos- y el cierre con Illapu, el grupo chileno que hizo una recorrida a lo largo de sus casi cuarenta años de música.
Con la plaza Próspero Molina ocupada en un 90%, los organizadores del cierre del festival no se privaron de nada. A las diez y media de la noche, apareció en las pantallas gigantes la imagen del "Negro" Fontanarrosa, acompañado de esos dos personajes camperos y folclóricos por excelencia: Don Inodoro Pereyra y su fiel Mendieta.
La maratón de emociones se extendería hasta las seis con los chilenos Illapu. El Negro Alvarez, reconocido en todo el país por su típico humor cordobés, volvió a su primer amor, y junto a Los Cuatro de Córdoba, presentó Córdoba cuando canta, cuenta y baila. Alvarez emocionó con un poema del cordobés Daniel Salzano y cantó Cordobés guitarrero y cantor. Como la última noche de Cosquín fue un homenaje del principio al fin, el Negro recordó a la mítica revista Hortensia y a sus próceres locales como el Sapo Cativa, el gringo Cognigni, el Pelao Alonso y el Gordo Oviedo.
También le hizo un guiño al cuarteto, ese folclore urbano de Córdoba que todos los fines de semana mueve multitudes. Los integrantes del Ballet Camín subieron al escenario de jean y zapatillas y bailaron tres himnos: Quién se ha tomado todo el vino, 25 Rosas y Soy cordobés.
Mariel Trimaglio fue el descanso perfecto hasta la llegada de "ese potro viejo que vuelve a Cosquín", como fue presentado Horacio Guarany. Llanto de la vidala fue el inicio de cuarenta minutos de show que hicieron vibrar y cantar a la Próspero Molina. En medio de Caballo que no galopa, y cuando el público coreaba el estribillo, Guarany se despachó con.... "Ahhh, yo creí que se habían olvidado" y la plaza le respondió con un estruendoso "Nooooo". Muy emocionado, uno de los cantores mayores de Argentina le habló a la gente: "Gracias a los amigos por la ocurrencia del homenaje, pero qué mejor homenaje que éste, que canten las canciones que cantábamos antes. Gracias, gracias, gracias. Cuesta tanto decir adiós"; y sus músicos arrancaron con Canción del adiós.
Los Cuatro de Córdoba lo acompañaron con Zamba del Chúcaro; con Alberto Oviedo hicieron Cuando ya nadie me nombre; Piel morena con los salteños de Canto Cuatro hizo saltar a la plaza. Soledad Pastorutti subió al escenario Atahualpa Yupanqui y, abrazada a Guarany, cantó Nada tengo de ti, con todo Cosquín haciendo los coros. El cierre del homenaje también fue vibrante con Volver en vino, Por las costas entrerrianas y Si se calla el cantor junto a Cuatro de Córdoba, Alberto Oviedo y Canto Cuatro. Los Alonsitos trajeron sus chamamés y alegría litoraleña con A mi Corrientes porá, Puerto Tirol, Otro cariño y Un chamamé y un carnaval. Mariel Trimaglio y Paco Garrido, acompañado del actor Pablo Alarcón, también dijeron presente en Cosquín.
Poco antes de las 3, Soledad arrancó con una hora exacta de show, que incluyó un bis a pedido del público, cuando ya había sido anunciada su partida. La fiesta y Para mi pueblo argentino fue el comienzo de este romance que el tifón de Arequito aún mantiene con la plaza que la vio nacer como artista. "Gracias por quererme así, inquieta, feroz, atrevida. Gracias por aceptar mi adolescencia y esperar mi madurez", rezó La Sole y arrancó con La vieja.
Ya había cantado con Guarany y en pocos segundos más llegaría Mercedes Sosa. "Noche soñada para cualquier chico que ama a su país y su gente", reflexionó Soledad cuando a las 3 pidió: "Que la plaza aplauda de pie a la señora Mercedes Sosa". Canción del jangadero de Falú y Dávalos y el pegadizo Déjame que me vaya fueron dos postales para el recuerdo que hicieron la santafesina y la tucumana. Punta Cayasta, Jornalero, Lejos de ti y Entre a mi pago sin golpear -coreada por unas 10 mil almas en la Próspero Molina- fueron el preámbulo del encuentro de Soledad con "una persona que quiero, admiro y aprecio mucho, Natalia María Pastorutti". Es que La Nati inició hace poco su carrera solista como cantante pop.
Las hermanas más famosas de Arequito cantaron Mi sueño mejor y el hit A Don Ata, con poncho al viento incluido. La despedida fue con un convoyado de huaynos. Cuando los locutores ya dieron por ida a Soledad, ella volvió y dijo "al público nunca se le dice que no", y "con dos violas y un bombo, como si volviésemos a empezar" cantó Zamba del Chúcaro.
Luego llegaron Pocho Sosa, un homenaje a Víctor "Vitillo" Abalos -bombisto de ese conjunto señero que fue Los Hermanos Abalos- y el cierre con Illapu, el grupo chileno que hizo una recorrida a lo largo de sus casi cuarenta años de música.
1 comentario:
Gracias por publicar el link del nuevo bloog de Naty.
Todavia lo estamos construyendo =)
Publicar un comentario