Feliz. Así se fue el público que disfrutó de la segunda luna del Festival Nacional de Folclore de Cosquín. Claro, Soledad Pastorutti dio el tradicional grito inaugural y ahicito nomás deleitó a su gente con más de una hora de canciones. Sentada con su guitarra en el escenario Atahualpa Yupanqui, vestida de gaucha con pollera y sombrero, Soledad le dedicó un brindis a la plaza Próspero Molina. El domingo, hubo menos gente que el sábado, con Jorge Rojas; pero la barra de la chica de Are quito se hizo sentir. "Esta es nuestra décima luna en este festival, hemos traído fiesta, hemos traído alegría y hemos traído poncho", les dijo a sus fans y arrancó fuerte con la chamarrita La Vaina. Con la Chacarera de un triste, revoleó la larga pollera al mejor estilo de sus primeras épocas de poncho y se quedó con un pantalón negro que evidenció su paso de la adolescencia a la juventud. Cuando contó la historia de Cantalicio se puso triste, pero pasó rápidamente a la alegría con El bahiano, donde la percusión sonó más que bien.Los veloces acordes de la chacarera Entre a mi pago sin golpear y Lejos de ti dieron pie a la llegada de Natalia. Las hermanas Pastorutti se atrevieron a estrenar en el escenario mayor del folclore argentino A ver toda esa gente.Habían pasado cuarenta minutos desde que el "Aquí Cosquín" inauguró la segunda noche, hasta que la plaza en pleno se largó a bailar con tres zambas: La López Pereyra, Agitando pañuelos y De mi madre.A esa hora, la fiesta era completa. Los papelitos plateados, celestes y blancos inundaban la plaza mayor de Cosquín. Y la Sole les devolvió la gentileza con Tambor del Sur y el hit A mi gente.A las once de la noche en punto, Soledad amagó con despedirse con A Don Ata, la chacarera de Mario Alvarez Quiroga, un clásico del folclore donde el poncho fue el protagonista. Con el guiño del presentador Miguel Angel Gutiérrez, la chica de Arequito invitó al público a cantar "una que sepamos todos" y arrancó con Salud (dinero & amor), de Andrés Calamaro.Gutiérrez le anunció al país que "el 28 de abril, esta chica se va a convertir en la mujer más feliz de la tierra" y le dedicó un "Gracias Jeremías" al futuro marido. Un enganchado de huaynos —El Humahuaqueño, Luces para mí y El tren del cielo —hicieron explotar a la plaza de alegría. Mal de amores, marcó el fin de la décima luna que Soledad pasó en Cosquín. Antes de irse, se acercó al borde del escenario, se arrodilló y besó a algunos fans. Eran las once y veinte de la noche.
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