NUEVAS FECHAS!!!

Cabalgata de Fe a la Difunta Correa

La participación de miles de gauchos de todo el país y la presencia de la popular cantante folclórica Soledad, serán los condimentos especiales de la XIX Cabalgata de Fe a la Difunta Correa, que se desarrollará del 4 al 6 de abril uniendo la ciudad de San Juan con la localidad de Vallecito, a unos 60 kilómetros de la capital sanjuanina.

La realización de esta tradicional travesía fue anunciada hoy en Buenos Aires por el gobernador de San Juan, José Luis Gioja; el secretario de Estado de Turismo, Cultura y Medio Ambiente de esa provincia, Dante Elizondo; el titular de la Federación Gaucha Sanjuanina, Enrique Pantaleón Tapia, y el presidente de la Confederación Gaucha Argentina, Adolfo Caballero, y el Secretario de Turismo de la Nación, Enrique Meyer. Éste será el decimonoveno capítulo consecutivo, ya que desde 1989, cuando la cabalgata se realizó por primera vez, no ha sufrido interrupciones. Por el contrario, la travesía ha ido cobrando más auge año tras año hasta consolidarse como una de las máximas concentraciones gauchas del país. Organizada por la Federación Gaucha Sanjuanina, la peregrinación tiene el auspicio del Gobierno de San Juan, a través de la Secretaría de Estado de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, y de la Confederación Gaucha Argentina. El encuentro tradicionalista servirá como marco para la inauguración de la nueva oficina de Informes de la Secretaría de Turismo, que quedará habilitada frente al oratorio de la Difunta Correa mediante un acto que se desarrollará el sábado 5 de abril al mediodía. La cabalgata recorre un tramo de 60 kilómetros entre la ciudad de San Juan y el oratorio de la Difunta Correa, en el paraje Vallecito (al Este de la capital sanjuanina), como una muestra de fe hacia la mujer que se convirtió en uno de los más fuertes mitos paganos del país. Tradicionalmente, la travesía parte un viernes (en esta ocasión, el 4 de abril) después del mediodía desde la Municipalidad de la Ciudad de San Juan y arriba a la ciudad de Caucete (a unos 30 kilómetros) alrededor de las 19:30. Allí los participantes acampan y se realiza un fogón que recrea las antiguas tertulias gauchas, con asado, mate y guitarreada. Con las primeras luces del sábado el contingente parte nuevamente para cubrir el tramo de otros 30 kilómetros hasta Vallecito, donde está emplazado el oratorio de la Difunta Correa. Al mediodía hay un almuerzo, luego una jineteada y a la noche nuevamente el fogón, en el que actúan grupos artísticos sanjuaninos y un artista nacional, que en esta edición será la cantante de Arequito, Soledad Pastorutti. Participan agrupaciones gauchas de San Juan y de otras provincias, entre ellas La Rioja, Mendoza, Córdoba, Río Negro, Tucumán, Jujuy. Además, llegan grupos de instituciones gauchas de Chile, Brasil y Uruguay. En 1989, la Agrupación Gaucha Caucete tuvo la iniciativa de organizar esta cabalgata con la idea de reforzar las tradiciones gauchescas a través de una expresión de fe popular como es la creencia en la Difunta Correa, a quien los gauchos de la zona siempre rindieron tributo por los favores recibidos. En poco tiempo, la cabalgata fue ganando adhesión y hasta cierto carácter místico, ya que el peregrinar de los gauchos y su enorme vocación por sostener las tradiciones del campo argentino convirtieron a este acontecimiento en una cita ineludible que atrapa también a numeroso público y medios de comunicación. Actualmente es una manifestación cultural de gran importancia, ya que se trata de una verdadera muestra de fervor patriótico, religioso y costumbrista de la región. En sus fogones se manifiesta la idiosincrasia del pueblo a través de comidas típicas, juegos tradicionales, los ritos y el folclore cuyano. La leyenda de la Difunta Correa comenzó a cobrar forma entre 1840 y 1850, cuando una mujer llamada Deolinda Correa murió de sed en los cerros mientras seguía a su marido, un criollo de apellido Bustos que había sido reclutado por las fuerzas de Facundo Quiroga. La mujer llevaba a su pequeño bebé en brazos, quien sobrevivió amamantándose de sus pechos. Unos arrieros los hallaron y, al conocerse la historia, comenzó la peregrinación de lugareños hasta el lugar donde había sido enterrada la “Difunta”, en cercanías del cementerio de Vallecito, en la mayoría de los casos dejando una botella con agua. Con el tiempo se levantó un oratorio en el que la gente dejaba ofrendas en retribución a los “favores” recibidos. Así, el mito fue creciendo hasta transformarse en una verdadera devoción que vuelve difusos los límites entre lo religioso y lo pagano, y que ha trascendido incluso las fronteras del país. El oratorio hoy cuenta con una infraestructura que incluye capillas, espacios para exhibir las ofrendas, sanitarios, negocios de productos regionales, restaurantes, hotel y camping, entre otros servicios. Año a año llegan hasta allí miles de promesantes de todas partes del mundo -en especial para Semana Santa-, que ofrecen impactantes muestras de fe y donaciones de todo tipo