SOLEDAD COMO UNA FANS :
Pocos hombres han sido testigos de tanta historia festivalera como Horacio “Pueblo” Guaraní. Las imágenes de su vida y su primer paso en la ciudad serrana en 1961 anunciaban su llegada a los tablones de la catedral de la música a cielo abierto. ¡Cosquín que me duele! ¡Tráeme juventud! Exclamó el cantor de cantores pidiendo a la capital de folklore que le diera más vida para seguir cantando. El público conmocionado ovacionó al cantor mientras acompañaba sus canciones revoleando pañuelos y aplaudiendo a rabiar.Los 4 de Córdoba, Alberto Oviedo y Canto 4 acompañaron a Guaraní en una supuesta despedida. La plaza se puso de pie para recibir a Soledad, quien junto al homenajeado Guaraní interpretó “Nada tengo de ti”.En la despedida, la multitud emocionada y con lágrimas en los ojos aceptó la sentencia del maestro de ceremonias que señaló “No habrá ningún adiós”, “Nunca diremos adiós”.
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