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miércoles, agosto 29, 2007

EL LANZAMIENTO!

NOTA EN LAVOZ:

LA OTRA

Como su hermana, Natalia Pastorutti usa la primera persona del plural cuando quiere hablar de sí misma. Y como su hermana, se maquilla lo justo y necesario como para que nunca se confundan coquetería con extravagancia. ¿Acaso es una sombra Soledad Pastorutti (27) para Natalia Pastorutti (25)? “Nunca fue ni será mi sombra. Las cosas funcionaron como funcionaron porque cada una estaba cómoda con el rol que desempeñaba. Se dio así. Era feliz acompañando a mi hermana en los shows. Después se planteó la posibilidad de hacer un disco. Y aquí estoy, promocionándolo”, dice mientras bate un cortado y acerca un ejemplar de Me dejo andar, el álbum debut en cuestión, producido por Guillermo Vadalá. Y la explicación que encuentra en el recurrente uso del “nosotros” es la siguiente: “Es extraño, lo admito. Pero desde que empezó la carrera de ‘Sole’, trabajamos en familia. Ella nunca se apartó ni se alejó de su familia. Buscó aliados puertas adentro. Y así, con una empresa muy familiar, el nosotros es inevitable”. No obstante fue ella, la otra Pastorutti, quien se impuso en el Circo de las estrellas, el reality de famosos aplicado al arte circense en el programa de Susana Giménez. “Cuando empezamos a trabajar con el disco, llegó la invitación e inmediatamente pensamos ‘¡esto puede dar un buen empujón!’. La experiencia me permitió mostrarme tal cual soy y trabajar en una disciplina en la que nunca había incursionado”, revela. –¿Quién te invitó? –Me convocó RGB, la productora del programa. Empezamos a entrenar en enero, sin saber cómo iba a ser. Si bien me mostraron la idea original que era de Portugal, nunca imaginé que resultara tan exigente. Me gustaba hacer deportes pero al toque me di cuenta de que el circo es algo muy diferente. Nuestros profesores nos enseñaron numerosas disciplinas: malabares, trapecio, aparatos. Yo gané como trapecista y eso me sirvió para hacerme más conocida entre la gente. –Pero ya eras conocida. ¿Por qué demoraste tanto en transformarte en cantante solista? –Me lo planteó Afo Verde (director de Sony - BMG) años atrás y no me sentía segura. No era el momento. El año pasado terminé de estudiar, “Sole” se casaba y entonces dije “ahora sí”. A lo mejor podía grabar un disco, pero no me sentía segura para poder defenderlo. Afo me animó, me dio seguridad. Además, me gusta ocuparme de los proyectos. Las dos cosas (abogacía, carrera artística) no se pueden ejercer como corresponde si se superponen. La escribana “pop”. La carrera a la que alude Natalia es abogacía. Dice que le interesa “Familia y Laboral”, pero que está enfocada en terminar el posgrado que la convertirá en escribana. Pero, a causa de la música, deberá esperar la plaqueta dorada en el hogar familiar de Arequito. Arequito, Santa Fe, pueblo que por el boom del folklore joven fue considerado una suerte de meca, en la segunda mitad de los ‘90. Sin embargo, Natalia eligió transitar el camino del pop. “Cuando no sabía qué iba a grabar ni qué autores, les dije a todos que me gustaba el folklore. Pero entendí que si hacía un disco del género iba a quedar muy pegada a ‘Sole’, a pesar de que las comparaciones no molestan. Me preguntaron en qué te sentís cómoda, y empezamos a escuchar temas de diferentes autores, demos. Y así resultó un disco más melódico, más pop. Es diferente a lo que se esperaba, pero es música”. –Del disco al escenario hay un gran trecho. ¿Cómo te imaginás en escena? –Me intriga saber cómo va a ser. Siempre la acompañé a Sole pero en un solo momento del show. Cuatro a ocho temas, no más. Y además no me gustaba hablar en escena. Nunca me gusta mi voz cómo suena “hablada”. Ahora tendré que hablar, pero no voy a perder mi personalidad. Yo soy más tímida que mi hermana y supongo que mi show será menos extravertido. –Ahora que salís a la arena por vos misma, ¿no tenés miedo de que la fama te trastoque? –Hay temores, siempre. Pero si uno mantiene la relación con la familia y los amigos de siempre, no pasa nada. Volver a Arequito nos sirve mucho; ahí sentás cabeza. Es nuestro cable a tierra. Me asenté en Buenos Aires. Es mi lugar de trabajo, pero los fines de semana volamos todos para allá. –¿Cuál es el límite que vas a manejar con los medios? –Todo eso depende, y mucho, de cada uno. Dicen que los medios no son respetuosos, y no estoy de acuerdo. Hay dos caras, si los respetás, ellos te respetan. Si ponés límites, ellos te los respetan. La persona que quiere tener conflictos, los tiene porque quiere. –¿Cómo llegás a Vadalá? –A Guille no lo conocía. Cuando con Afo decidimos grabar el disco, hicimos un trabajo de pre producción con Rafa Vila, quien dijo “Guille te puedo ayudar”. Desde el primer día en que nos conocimos nos caímos muy bien. Yo soy muy tímida y él pudo sacármela. Me impresionó cómo convirtió temas chiquitos en cosas resonantes. Con Guille cerró todo. Natalia Pastorutti nació el 15 de agosto de 1982. No recuerda nada del Mundial ‘82, ni casi nada del que consagró a Maradona como el mejor jugador del planeta. Sin embargo, y también como su hermana, es muy amiga del 10 y de su familia. “Claudia tiene una empresa que hace eventos y con Sole se juntan a organizar cosas. Es muy amable, muy dada, laburadora”, cuenta, como precisa que el feeling, sobre todo, lo tienen con la ex esposa de Diego. –¿Y vos? ¿Te considerás “laburadora”? –Claro, soy una persona tenaz, que se propone objetivos y los consigue. –Eras muy chiquita cuando pisaste el escenario de Cosquín. –Sí, tenía 13 años. –¿Y qué recordás? –Fue muy extraño. Imaginate, vivir en un pueblo y, de un día para otro, subir a un escenario donde había gente, luces, micrófonos, periodismo. Por entonces, apenas conocía Cosquín. Es que, en nuestra zona, de viaje de estudios de séptimo grado se acostumbra ir a Carlos Paz. Y hacés un tour por Cosquín y te subís al escenario. Ése era el único recuerdo que tenía de ese espacio. –¿Tu disco resiste un respaldo desde el Atahualpa Yupanqui? –No da, pero si la gente lo pide...

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