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Soltería al viento, la Sole largó el poncho y puso la firma en el civil.
"El tifón de Arequito" selló su amor con Jeremías Audóglio, su primer y único novio.
La ceremonia íntima para 60 personas se realizó esta tarde en el patio de su casa pueblerina.
Atrás quedó la osada niña que sorprendió allá lejos en Cosquín revoleando el ilustre pocho por el aire. Pasaron discos, premios, miles presentaciones y hasta una película que la tuvo como protagonista. Pero nada comparable a la inmensa felicidad que sintió hoy, pasado el mediodía, cuando pasó por el registro civil. Después de 7 años de noviazgo hoy se casó Soledad Pastorutti, también conocida como el tifón de Arequito, pueblito santafecino que la vio nacer y que ella eligió para sellar su amor con Jeremías Audoglio, su primer y único novio. Decidida y con fuerte carácter fue ella misma quien apuro al chico, de 28 años, a legalizar la relación. " Lo veníamos hablando. ¡pero él se había olvidado! La primera vez fue en la graduación de mi hermana. Me dijo: "En dos años nos casamos". Los dos años pasaron y tuve que arremeter” contó Pastorutti de 26 años en un reportaje a la revista gente donde además develó que la elección de esta fecha coincide con el día de casados de Omar y Griselda, sus padres. Lo primero es la familiaLejos de cualquier divismo, el civil de la Sole consitió una ceremonia muy sencilla a la que sólo acudieron unos 60 invitados. En la ceremonia, que se realizó en el jardín de su casa pueblerina lució un vestido confeccionado por su tía Alicia. El espacio fue ambientado por la empresa Dark y Jorge Estanovich, un juez de paz amigo de la familia fue el encargado de sellar la unión. La pareja se conoció hace más de 8 años, cuando ambos cursaban el secundario, en el turno noche de un colegio del pueblo. Según la cantante “el Jere” –tan modosito que parece- era el chico más codiciado de Arequito y cargaba con tanta popularidad que incluso opacaba la creciente popularidad de la mismísima Sole que se atrevió a dar un paso al frente y confesarle su amor. Lo que siguió es conocido por todos, nunca más se separaron aunque nunca intentaron la convivencia, respetando las normas estrictas (¡y cuidas!) de Don Pastorutti. El sábado que viene será el turno de la fiesta, en Rosario, para 500 invitados
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